ARTROSIS

Hoy vamos a dedicar nuestro espacio a conocer un poco más que es y sus patologías.

¿Qué es la artrosis?

La artrosis, conocida también por otros nombres como enfermedad articular degenerativa u osteoartritis, es el resultado de un desequilibrio en la homeostasis o correcto funcionamiento del condrocito, la célula principal presente en las articulaciones.

¿En qué medida afecta a las personas mayores?

La artrosis es la enfermedad crónica más común entre los ancianos, el proceso osteoarticular más frecuente y la primera causa de dolor crónico y discapacidad en este grupo de edad. Esta patología es  más frecuente en mujeres que en hombres.

– ¿Cuáles son los primeros síntomas?

El dolor es el síntoma principal, aunque no siempre está presente (a veces se ve una afectación de la articulación en su radiografía que no tiene traducción sintomática, o en la que ésta es mínima). Es un dolor de tipo mecánico (asociado al movimiento) que con frecuencia disminuye con el ejercicio y reaparece con la actividad prolongada, mejorando con el reposo. El dolor en reposo es raro y se relaciona con etapas tardías de la enfermedad o con brotes inflamatorios. Tiene además un componente emocional muy importante en el que situaciones como la ansiedad, la depresión y el aislamiento social -factores muy prevalentes en el paciente mayor- pueden influir en la percepción del mismo.

Otros síntomas que acompañan a la artrosis son la rigidez, la limitación de la movilidad, la crepitación (ese crujir que se acompaña al movimiento y que percibe cualquier persona que pose su mano sobre la articulación artrósica) y grados variables de inflamación local o derrame.

– ¿Qué tratamientos básicos existen al respecto? 

Desgraciadamente, en la artrosis no podemos hablar de tratamiento curativo, por lo que es importante explicar al paciente la naturaleza de la enfermedad, que comprenda que puede estar condicionada por factores de riesgo no modificables y que la sobrecarga mecánica de la articulación favorece la progresión de la misma.

Existen tratamientos farmacológicos que han demostrado ser eficaces en el control de síntomas, principalmente el dolor, basados en la administración de analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y la inyección intraarticular de corticoides.

– ¿Qué tipo de recomendaciones indican para evitarlas o mejorar el estado de la misma de forma natural?

Dentro de las actividades preventivas destacaríamos sobre todo la importancia del ejercicio físico aeróbico y la educación respecto al mantenimiento de una correcta “higiene postural”, es decir, una buena posición del cuerpo al estar sentados o de pie, al caminar o al levantar objetos desde el suelo.

Una medida sobre la que también es importante incidir es la pérdida de peso, sobre todo en lo que se refiere a las articulaciones que soportan todo el peso corporal (miembros inferiores y columna). Un menor peso implica un menor sufrimiento articular, mayor agilidad y facilidad de movimientos. Un correcto calzado que facilite una distribución de cargas simétrica a nivel de ambas extremidades también es muy importante.